El Adviento es más que una temporada litúrgica: es un tiempo de preparación espiritual, un llamado a abrir nuestros corazones al misterio de la Encarnación. En este artículo, exploraremos sus aspectos más profundos, desde su esencia como tiempo de espera hasta la ejemplaridad de la Virgen María como modelo de fe, esperanza y caridad. La esencia del Adviento: espera gozosa y expectante Adviento significa “llegada” y nos invita a vivir la expectación del mayor regalo: el nacimiento de Jesús, nuestro Salvador. No es una espera pasiva; es activa, cargada de esperanza, reconciliación y gratitud. Tal como los patriarcas y profetas aguardaron la redención, nosotros también somos llamados a vivir este tiempo con fervor, reconociendo que cada Adviento es una oportunidad para prepararnos para las manifestaciones divinas en nuestras vidas. Simeón y Ana: ejemplos de fe en la espera El relato bíblico de Simeón y Ana resalta el valor de esperar con fe. Ambos ancianos, en oración constante, representan corazones listos para recibir a Cristo. Simeón, al ver al Salvador, exclama lleno de gozo: “Ahora, Señor, puedes dejar a tu siervo irse en paz”. Su testimonio nos enseña que el Adviento no es solo un período litúrgico, sino un estado del